África subsahariana, por delante de América Latina y Caribe en embarazos adolescentes

 

Una de cada cuatro féminas (27%) de entre 20 y 24 años se vuelve madre antes de cumplir los 18 en los países menos desarrollados. Aunque se trate de una tendencia a la baja a escala mundial (se ha pasado de 65 casos cada 1.000 mujeres en 1990 a 47 cada 1.000 en 2015, según los últimos datos del Fondo de Población de las Naciones Unidas), el crecimiento de la población del planeta se da a la tarea de indicar que la cifra de madres adolescentes también se incrementará en 2030, debido sobre todo a la explosión demográfica en África.

Pese a que sea un problema que afecta a todos los países del mundo, los menos desarrollados son los que pagan el precio más elevado. Las probabilidades de que una adolescente se quede embarazada son más elevadas en comunidades marginalizadas a consecuencia de la pobreza y la falta de educación y de oportunidades de trabajo.

El progreso de los últimos años ha sido muy desigual a escala global. En África occidental, por ejemplo, el índice se sitúa en 115 nacimientos cada 1.000 mujeres, frente a los 65 de América Latina y el Caribe, 45 del sureste asiático y los siete de Asia oriental. En África subsahariana, esta tasa es de 200 cada 1.000 mujeres, la más elevada del mundo. República Centroafricana, Níger, Chad, Angola y Malí encabezan la clasificación, según datos de Unicef.

Hay marcadas diferencias también entre las zonas rurales y las pobladas por indígenas en comparación con las urbanas. En las primeras, los embarazos adolescentes llegan a ser hasta tres veces mayores.

Cada año aproximadamente 21 millones de adolescentes de entre 15 y 19 años se quedan embarazadas en países en desarrollo. Dos millones de ellas tienen menos de 15 años. En estas regiones, alrededor de 16 millones de chicas de entre 15 y 19 años y 2,5 millones de menores de 16 años dan a luz cada año.

Si bien algunas adolescentes planean tener hijos —el 90% de los nacimientos de madres de entre 15 y 19 años ocurren en el marco del matrimonio—, para muchas otras no es así. Alrededor de 23 millones de chicas en regiones en desarrollo no tienen acceso a anticonceptivos y cada año más de tres millones de adolescentes se someten a abortos inseguros en el mundo.

El embarazo puede tener consecuencias muy graves para la salud de la madre. Las complicaciones durante la gestación y el parto están entre las principales causas de muerte de chicas entre los 15 y los 19 años en el mundo. Además, tener un hijo a menudo se acompaña con el abandono de los estudios, lo que condena a las adolescentes a quedar atrapadas en el ciclo de la pobreza. Fuente: www.weforum.org/

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